Dime cómo te lavas las manos…y yo te diré quién eres.

Considero que en parte somos como una pastilla de jabón (pido perdón a los que puedan sentirse ofendidos por utilizar tan sencilla comparación con algo tan común). Cuando venimos a este mundo llegamos con la misma perfección que cuando sacamos la pastilla de jabón del envase, normalmente papel. Nuestros padres nos toman en sus brazos con la misma delicadeza que tomamos una pastilla de jabón, cuidadosos de no tirarla al suelo y que se manche o que  le provoque alguna rotura.

Con el uso, con el paso del tiempo, esa pastilla perfecta va tomando forma. Lo que inicialmente poníamos en nuestras manos con cuidado pasa a ser tratado de forma inconsciente y sin preocuparnos mucho la forma que va adquiriendo. No somos conscientes que según usamos la pastilla vamos dándole forma. Del mismo modo, según tratamos a nuestros hijos les vamos dando forma, les vamos transmitiendo nuestros miedos, nuestras preocupaciones, nuestras maneras de afrontar la vida,…

Afortunadamente, no solo venimos a este mundo con una sola pastilla de jabón. Las buenas marcas de jabón siempre venden sus pastillas en pack de dos o tres. De esta forma, llega un momento en la vida que nos damos cuenta que nuestra pastilla de jabón se ha acabado (despidos, rupturas, situaciones críticas). Llega el momento de sacar otra pastilla del envase y  descubrimos, decidimos, que esa no será modelada por nuestros padres (algunos dejan que la modele su pareja, su familia, su jefe… ). Sin embargo esa debe ser modelada por uno mismo. En el mejor de los casos puede que nos quede una única pastilla en el cajón. Así que no debemos desaprovecharla.

Los que toman consciencia de la oportunidad de modelar esa pastilla, llegarán a asombrarse de su contenido. Empiezan por cuidarla, por respetarla, por quererla, por entenderla, por escucharla.  Van dándole forma y cuando la usan siempre son conscientes de la importancia que tiene el tratarla con cariño, con dulzura pues son ellos mismos.

En algún momento, se sentarán y observándola detenidamente serán capaces de encontrar lo que la pastilla de jabón esconde. Algunos verán un bisturí, otros un bolígrafo, otros un horno, algunos incluso hasta verán dentro de ella una necesidad de acompañar a los demás en el camino para alcanzar su meta.

Cuida tu pastilla de jabón, pues ella puede darte la respuesta a muchas preguntas.

Cuida de la pastilla de tus hijos y permite que crezcan sin necesidad de utilizar pronto otra pastilla del pack.

Todos, tenemos desde el momento que nacemos una marca personal y un talento. Cuídalos, poténcialos y ellos te recompensarán por ello.

Si la próxima vez que te laves las manos…al menos piensas en esto, sentiré que he logrado parte de mi objetivo.

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